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Desde el inicio de nuestra vida y hasta la etapa adulta, vivimos rodeados de hábitos y costumbres, ya sea adquiridos desde casa, nuestro entorno social o laboral. Aquí nos vamos a centrar en aquellos que por su naturaleza ( se convierten en poco placenteros cuando son llevados al extremo) te ancla a ciertas emociones que no te permiten manejar tus relaciones plenamente.
Iniciemos en nuestra propia casa. Hablemos que aquellas que son inculcadas desde casa, no quiero decir en ningún momento que sean malas ó tóxicas, siemplemente que nos aseguremos que siguen vigentes y necesarias para quienes las realizan.
Por ejemplo, cuando aplicamos el término “deberías” ( con la conotación de sentirte obligado según las costumbres) y que van más allá de la cortesía y amabilidad social, por ejemplo: “ deberías de haberle cedido el asiento a la señora en el autobús”. Me refiero a los deberías inculcados como costumbre ó hábito y que es posible que no sean vigentes en tu momento actual.
Ejemplos de deberías inculcados y no necesariamente vigentes para tus gustos o tradiciones personales:
¿Te sientes identificado con algunos de estos ejemplos?
¿Cuántas de estas o más tradiciones realmente disfrutas?, ¿Cuántas solo las sigues sin sentido? Ya convertidas en costumbres o traidiciones y no te has preguntado si siguen vigentes en tus gustos. Cuales ya has incluso inculcado a tus hijos, como herencia que tu también recibiste de tus padres.
Te propongo partiendo en los ejemplos anteriores, estas alternativas:
Rituales familiares, pregúntate si estás contento manteniendolos en tus costumbres, por ejemplo ¿ los abuelos sinceramente nos esperan en su casa? Tal vez no están acostumbrados a tanto movimiento de gente en su casa. ¿ les hemos preguntado si prefieren salir a otro lado? o ¿Cambiar de lugar de reunión familiar?
Invitaciones, que te inviten a comer a casa de un conocido, compañero de trabajo, amigo, no necesariamente estás obligado a corresponderle y menos ofrecer mejor cena de la que recibiste. Es cierto que ciertas personas esperan les devuelvas la cortesía (aunque no lo te lo digan) sólo te suguiero que lo hagas cuando te nace no por obligación. Que pasaría si esa velada que fuiste invitado no la pasaste bien, ¿te gustaría repetir la experiencia poco agradable en tu casa?
Regalos y cortesías, opino primeramente que si alguien tuvo un detalle contigo es porque le agradas (o porque le conviene agradarte) agradécelo y disfrútalo, acéptalo si es adecuado ( hay empresas y organizaciones que tienen restricciones en sus códigos de ética) si sientes que le debes corresponder házlo, pero solo que desees hacerlo.
Clichés y costumbres, como el vino tinto con carnes rojas, los trajes obscuros solo se usan en compromisos nocturnos, la ropa negra solo en invierno, son costumbres que no deben regir tus gustos.
Te suguiero que no te rigas por el deber ser implacablemente, sólo piensa si los difrutas realmente. Y pregúntate, ¿Cuántos deber ser has inculcado a tu familia? ¿los disfrutan?