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DENTRO DE LA INERCIA NATURAL DEL TRABAJO, ES NORMAL VIVIR MOMENTOS DE ESTRÉS, EL PROBLEMA ES CUANDO CANALIZAMOS ESE MOMENTO DE CRISIS CON LOS EMPLEADOS, LO QUE ORIGINA EN ELLOS FRUSTRACIÓN, ANSIEDAD Y EN OCASIONES DESERCIÓN DEL TRABAJO.
Jefes poco motivadores, regañones, insensibles e irrealistas, hay en todos lados. Incluso algunos disfrutan hacer sufrir a sus empleados, provocando baja moral, pobre productividad, en ocasiones sabotaje y robo, y finalmente deserción del trabajo. En ese orden.
Aunque la forma de comportarte es el mejor referente para tus empleados, tus palabras también lo son. Y existen ciertas frases que nunca debes usar al comunicarte con tu equipo, independientemente de cuál sea tu humor o la situación:
¿Acaso no haces nada bien? Todos comentemos errores y omisiones, dudo que un empleado promedio, se equivoque por gusto. Normalmente, solo buscamos culpables y no soluciones también. Cuando el empleado cometa errores, pídele que explique lo ocurrido. Haz que él mismo reconozca su equivocación y proponga soluciones. Evita la sentencia: “Que sea la última vez”. No nos equivocamos por gusto, ni disfrutamos los regaños y re-trabajos.
Eres afortunado de trabajar aquí, porque en otros lados… cada empresa es diferente en contexto, circunstancias y ambiente laboral. No los provoques a que busquen otros horizontes, te puedes quedar solo.
No es mi problema. Cuando un miembro de tu equipo te explica que no terminó el trabajo, evita esta expresión. Escucha activamente la razón de la falla, tal vez no solo dependió de él, y debes asegurarte de proveer todas las herramientas, recursos e incentivos que permitan que el trabajo se realice.
Para eso te pago. Altanería y superioridad innecesarias. La persona sabe por qué le pagas. Si quieres que tu equipo te respete, nunca menciones los sueldos y tu posición como jefe.
Tenemos que recortar gastos. Si tu empresa esté pasando por un momento muy difícil, comunícalo a tu equipo de trabajo, para que todos estén al tanto y sensibles de los gastos.
Siempre lo hemos hecho así. Tal vez antes si funcionó cierta manera de hacer las cosas, pero en este mundo cambiante, difícilmente se mantiene perpetua la manera de operar una empresa. Si un empleado te presenta una idea, escúchalo y pruébalo. Nunca sabes de dónde vendrá la idea millonaria que cambie el rumbo del negocio. Evita la expresión: “Te pago por hacer, no por pensar”
No traigas tus problemas personales a la oficina. Difícilmente podemos separar la vida personal de la laboral, aunque estés concentrado en tu trabajo, mantienes lógicamente tu vínculo familiar. Sé un líder abierto: escucha a la persona y procura ofrecerle tu respaldo.
Aquí mando yo. Lo sabemos, pero ¿hay que remarcarlo y recordarlo? los verdaderos líderes saben que empoderando a sus empleados se consiguen mejores resultados. En las empresas de clase mundial, las jerarquías son para mostrar solamente la línea de mando en el organigrama. Pero trabajan mayormente sin jerarquías.
Estos son mis consejos que deseo compartirte para que construyas confianza y credibilidad como verdadero líder, lo que te brindará alta estima de tu equipo, respeto, lealtad conllevando al logro de las metas trazadas. ¡A ponerlas en práctica!