LAS RAZONES PARA DEJAR UN EMPLEO SON POR FACTORES EXTERNOS E INTERNOS, SIENDO ESTOS ÚLTIMOS LO QUE DEBE SOLUCIONAR EL LÍDER.

Cuando cometes errores, tus mejores empleados son los primeros en ir, porque tienen más opciones. Si no puede mantener a sus mejores empleados comprometidos, imagine la calidad y calidez de su trabajo, tanto en las relaciones internas en la oficinas así como con clientes, proveedores, oficinas centrales, visitantes y demás.

A medida que las empresas crecen, se convierte mas complejo gestionarla eficazmente y hay dificultad para mantener los estándares del pasado, ahí es donde la mayoría de las compañías explotan, por tanto comienzan a crear reglas y procedimientos, que en ocasiones rayan en lo absurdo y no resuelven de fondo los vacíos de decisión.

Analicemos algunas de las peores reglas que las empresas crean cuando caen en esta trampa y su posible solución práctica:

• La regla de antigüedad. La mayoría de las compañías no le permitirán ser promovido o tener ajuste salarial hasta que haya ocupado un puesto cierto tiempo, “hasta que demuestre”, dicen. No importa que haya una vacante y que el nuevo empleado tiene experiencia previa, “debe demostrar”. El líder debe tener libertad para decidir cuándo un empleado está listo para un ascenso o si tendrá un mejor desempeño en un rol diferente.
• Requisitos ridículos de puntualidad. Las personas son asalariadas por el trabajo que hacen, no por las horas específicas en que se sientan en sus sillas. Cuando castiga al empleado por llegar cinco minutos tarde, además de desmoralizarlo manda un mensaje amenazante a los demás empleados. Entiendo la disciplina de la puntualidad, pero el líder no llega eventualmente  tarde? Mientras no se rutinario, no le dedique más energía al retraso que al desempeño.
• Decoración de su espacio de trabajo. Muchas organizaciones controlan lo que las personas pueden tener en sus espacios de trabajo. ¿propaganda política, religiosa? Lo entiendo; puede ser un problema. Pero estandarizar cuántas fotografías tener en el escritorio, si pueden usar una botella de agua o no, o ciertos juguetes de oficina como canastas de basquetball pequeñas o pelotas anti-estrés es demasiado micro-management.
• Códigos de vestimenta. Funcionan bien en escuelas privadas, pero son innecesarios en el trabajo. Contrate profesionales y se vestirán profesionalmente. Cuando alguien cruza la línea, su líder necesita tener la habilidad para abordar el problema directamente. De lo contrario, hará que todos deseen trabajar en otro lugar porque la administración es demasiado inepta para manejar temas sencillos de manera efectiva.
• Restringir el uso de internet. Hay ciertos sitios que nadie debería visitar en el trabajo, y no estoy hablando de redes sociales. Pero una vez que bloqueas la pornografía y otros sitios de ocio, crea cuellos de botella para buscar información necesaria en la red.
• Distribución forzada del desempeño. Cuando obliga a los empleados a encajar en un sistema de clasificación predeterminado, hace tres cosas: 1) evaluar incorrectamente el rendimiento de las personas, 2) hacer que todos se sientan como un número, y 3) crear insatisfacción por establecer un “rendimiento” por debajo del logrado en el año. Si después del proceso de evaluación del desempeño, en cierto departamento, la mayoría de los empleados tiene calificación de excelente, siempre que esté documentado, ¡que bueno! Por favor, felicite al líder.
• Prohibir los teléfonos móviles. Si prohíbo los teléfonos celulares en la oficina, nadie perderá el tiempo enviando mensajes de texto y hablando con familiares y amigos, ¿verdad? sí, claro. Las organizaciones deben hacer el difícil trabajo de contratar “investigadores del ocio” vigilando los empleados que pierden el tiempo. La tecnología y redes sociales son ya parte de la vida de las personas. Los gerentes deben enfrentar a los empleados que tienen un rendimiento inferior y pasan demasiado tiempo en sus teléfonos. La alternativa fácil e inmediata es prohibir los teléfonos, pero desmoraliza a los buenos empleados que necesitan revisar sus teléfonos periódicamente debido a problemas familiares o de salud urgentes o como un descanso apropiado del trabajo.
• Robo de millas de viajeros frecuentes. Si hay una cosa que los empleados que viajan cansados ​​de viajar ganan, son sus millas de viajero frecuente. Cuando los empleadores no permiten que las personas guarden sus millas para uso personal, es un movimiento codicioso que alimenta el resentimiento con cada vuelo. El viaje de trabajo es un gran sacrificio de tiempo y energía. Tomar millas de los empleados envía el mensaje de que usted no aprecia su sacrificio y de que se aferrará a cada dólar que le cuesta.
• Políticas obsoletas de uso de correo electrónico. Algunas compañías se vuelven tan restrictivas con el uso del correo electrónico que los empleados deben seleccionar de una lista de temas aprobados previamente antes de que el software de correo electrónico les permita enviar un mensaje. De nuevo, se trata de confianza. Si no confía en que su gente use correctamente el correo electrónico, ¿por qué los contrató en primer lugar? Al tratar de controlar a los malos, haces que todos se sientan miserables cada vez que envían un correo electrónico. ¿Y adivina qué? Los malos son los que encontrarán formas de evitar cualquier sistema que pongas en marcha.
• Patéticos intentos de corrección política. Mantener altos estándares de cómo las personas se tratan entre sí es algo maravilloso ya que vivimos en un mundo plagado de animosidad y discriminación. Todavía los empleadores tienen que saber dónde trazar la línea. Ir a una cacería de brujas por buscar la línea fina de la igualdad, religion, política, etc. crea un ambiente de paranoia y sofoca la autoexpresión, sin mejorar la forma en que las personas se tratan entre sí.

Si las empresas pueden reconsiderar sus políticas y eliminar o alterar aquellas que son innecesarias o desmoralizadoras, todos tendremos un tiempo más agradable y productivo en el trabajo.